Cuando llega el periodo de vacaciones escolares es bueno que los niños continúen con los buenos hábitos adquiridos durante el curso, y no pierdan su trato con Dios y sus prácticas de piedad

Cuando llega el periodo de vacaciones escolares es bueno que los niños continúen con los buenos hábitos adquiridos durante el curso, y no pierdan su trato con Dios y sus prácticas de piedad

Estamos a punto de empezar el horario de verano, las clases han terminado y los niños y jóvenes dejan a un lado sus libros y cuadernos y están listos para entrar en “modo descanso”. Su tiempo ya no está limitado por el despertador, ni por las campanadas entre clase y clase, ni por la prisa de “vamos, no estamos aquí”.

Y puede ocurrir que su tiempo, que antes tan compartimentado en bloques de “hacer cosas”, se convierta ahora en vacaciones en un desfase de tiempo, sin más. Un tiempo de vacaciones sin horarios, ni rutinas, ni buenos hábitos, ni trabajo. Y a veces incluso nuestros hijos pueden olvidarse de Jesús.

Vacaciones como Dios manda

Como padres debemos recordarles que, si bien es cierto que la escuela, instituto o universidad cierra por vacaciones, las iglesias no. Y tu vida como cristiano también debe funcionar en el verano. Somos cristianos los 365 días del año. Así que hay que intentar vivir unas vacaciones como Dios manda.

Todos esperamos con ansias las vacaciones, el merecido descanso después de meses de trabajo y estudio. Seguro que hemos hecho planes y tenemos muchas expectativas sobre lo que vamos a hacer, lo que vamos a visitar o con quién vamos a ir.

Consejos para no perder el ritmo espiritual

Pero lo más importante es que en estos días también tenemos a Jesús. No lo pierdas de vista y transmite a tus hijos que las vacaciones y el descanso son mejores con Jesús a nuestro lado.

¡Así que este verano, lleva a Jesús de vacaciones con tu familia! ¿Pero como hacerlo? Aquí te damos algunas ideas.

1No perder la misa dominical

En primer lugar, tratad de ir a lugares con buen ambiente, donde sea fácil tratar con el Señor y donde se celebre Misa los domingos. Nuestros hijos no deben avergonzarse de ser y mostrarse cristianos.

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Además, si toda la familia va a Misa en un pueblo pequeño, seguro que el párroco estará encantado de ver caras nuevas entre los feligreses.

2Rezar de camino

Durante el viaje o trayectos en coche u otro medio de transporte, no olvides rezar la Bendición del viaje.

Cada día un miembro diferente de la familia puede rezarla, para que aprendan esta breve oración:

Por intercesión de María Santísima, que tengáis buen camino: que el Señor esté en mi (nuestro) camino, y su Ángel me acompañe (y sus Ángeles nos acompañen). En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

3Agradecer

Si vas a alojarte en un hotel o comer en un restaurante, haz ver a tus hijos que todas las personas que trabajan allí lo hacen para que estés bien.

Gracias a ellos los demás pueden descansar y relajarse. Así que debemos tratarlos con respeto y gratitud. Recordar a los niños para que, en la medida de sus posibilidades, faciliten su trabajo. Es un buen cristiano ser agradecido.

4Disfruta de la naturaleza

Cuando puedas, disfruta de la naturaleza, obra de la creación de Dios. Muéstraselo a tus hijos.

Mira el amanecer y da gracias por el nuevo día. Puedes aprovechar este momento para enseñar a los niños la oración de Ofrenda de obras a la Virgen:

“¡Ay mi Señora! ¡Oh mi madre! Me ofrezco enteramente a ti, y en prueba de mi afecto filial, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. ¡Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad! Guárdame y defiéndeme como tu cosa y posesión. Amén».

Si vas de excursión, mira los árboles o la vegetación del lugar, escucha el canto de los pájaros y el sonido del agua deslizándose por la montaña. Toma fotografías que ilustren toda esa belleza divina.

5Disfruta de las obras humanas

Contempla también la belleza de las obras creadas por el hombre, de todo lo que nuestros antepasados ​​hicieron en la fe. Gracias a ellos disfrutamos de un rico patrimonio artístico, histórico, cultural y religioso.

Trabaja la sensibilidad de tus hijos hacia la belleza y el trabajo bien hecho. Podemos sugerirles que anoten en un cuadernillo todos los lugares que visitamos: museos, parques, iglesias, catedrales, santuarios,… Y que también anoten quién es el santo, santa, o la Virgen patrona del lugar. En muchas iglesias seguramente podrás encontrar un sello con su imagen y oración.

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6Visita a Jesús

No es necesario que les recuerde que si entran a una iglesia, Jesús los está esperando en el Sagrario para saludarlos.

Encarga a uno de tus hijos que lo busque. Explícale, si aún no lo sabe, que si la lámpara está encendida al lado del Sagrario, indica que Jesús está allí. Arrodíllate frente a él y reza una Comunión espiritual. También se puede visitar el Santísimo Sacramento con toda la familia junta. Estos detalles de amor a Jesús marcarán a tus hijos.

7Enseña austeridad

Además, vive y enseña a los niños la virtud de la austeridad: no quieran comprar, comer, beber, probar o visitar absolutamente todo. Si no has hecho algo que tenías planeado, déjalo para el próximo viaje. Relájate con tu familia. Eso es lo más importante.

Como sugerencia, puedes preguntarle a cada uno de tus hijos qué es lo que más les emociona y hacerlo. Dedica unas horas a un plan que guste a todo el mundo. En el caso de las compras, realizarlas equitativamente. Puedes comprar un recuerdo del lugar para cada uno, por ejemplo: una camiseta, un lápiz, un libro, etc. O algo para todos, como un imán para la nevera de casa o algún dulce típico.

8No olvides a los que sufren

Durante las vacaciones, nunca te olvides de los que sufren o de los que no tienen.

Pasa algún tiempo con tus hijos haciendo una obra de misericordia y voluntariado. Puedes ir con ellos o, dependiendo de su edad, ir solo. Tu testimonio y dedicación a los demás es el mejor ejemplo.

9Estar activo

En definitiva, la idea principal que debes darle a tus hijos en vacaciones es que no podemos perder ni perder el tiempo. ¡Jesús nos ama y nos quiere activos!

Demuéstrales que durante los días de descanso pueden aprender cosas nuevas como idiomas o manualidades; pueden ordenar su habitación, practicar deportes, ver películas interesantes o leer buenos libros.

10Buenos libros

Finalmente, dentro de la rutina diaria, dedica un tiempo a la oración oa la lectura de un libro espiritual. Hazlo con y para tus hijos.

Hay muchos libros adecuados para su edad que puedes encontrar en una librería especializada. Pero seguro que tienen un Evangelio en casa: introduce a tus hijos a su lectura. Es la mejor historia que puedes conocer: La historia de Jesús.

Además, para tus hijos más tecnológicos, existen múltiples aplicaciones para orar. Recomiendo lo siguiente:

En resumen, el tiempo de vacaciones es un tiempo para descansar y recargar energías, para renovarse, reflexionar y disfrutar en familia. Es el momento en que todos están en casa y pueden pasar muchas horas juntos. Y Jesús a tu lado.