“Es común escuchar a la gente decir que no pueden cambiar sus hábitos o creencias porque han sido educados de cierta manera desde que eran niños”.

El cerebro humano es extraordinario por sus capacidades, pero al mismo tiempo es un reto sacarle el máximo partido. Es extraordinario porque tiene la capacidad de crear neuronas siempre que se estimule, como por ejemplo crear hábitos, aprender cosas nuevas, cambiar la rutina; si no se estimula, sucede lo contrario, en vez de hacer neuronas las quema porque no se utilizan.

Quiero tocar el tema, porque en culturas tradicionales como la nuestra, es común escuchar a la gente decir que no pueden cambiar hábitos o creencias porque fueron educados de cierta manera desde la niñez; algo similar sucede con el aprendizaje, no en vano en la cultura popular tenemos el dicho de que “el loro viejo no aprende a hablar”. Nada es más erróneo que la realidad y la ciencia.

Nuestro cerebro es flexible, “de plastilina” o “blando”, es decir, se moldea, se expande a medida que recibe nuevos estímulos; pero paradójicamente, le gusta hacer las cosas que ya sabe, que le generan comodidad. Por lo tanto, tendemos a decir que vamos por la vida en piloto automático. Para darle la vuelta y no estar en piloto automático, sino ser conscientes de nuestra vida, expertos en neurociencias como Andrea Alessio recomiendan generar nuevos hábitos que se puedan utilizar con ejercicios que pueden parecer sencillos, como cepillarse los dientes con la mano no dominante; intercambiar de manos el orden de los cubiertos, hacer malabares con las pelotas; probar comida nueva, cambiar la ruta para ir a la casa u oficina, hacer actividades que nunca hemos hecho. En resumen, haz actividades que ayuden a estirar tu cerebro.

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Cuando creamos un nuevo hábito, el cerebro comienza a estirarse, es como una especie de acordeón: si se estimula, se expande, si no, se contrae. Alessio menciona que la única manera que tenemos de crear hábitos es repitiendo. Al principio es difícil y quizás pensamos que no seremos capaces de hacerlo, pero después de repetirlo se vuelven una parte natural de nuestras vidas. Así es con la formación, con la lectura, la escritura, el aprendizaje de nuevas habilidades y lenguajes. Como son acciones que desafían al cerebro y no son cómodas, cuestan después de generar el hábito que están disfrutando.

El mundo de hoy es para las personas que están dispuestas a crear nuevos hábitos y que salen de su zona de confort, para las que se adaptan fácilmente a los cambios y no se aferran a creencias o conocimientos previos que aún en ese momento fueron exitosos, pero que ahora pueden ser obsoleto Se consigue con actitud porque todos tenemos la misma capacidad.

Todos podemos aprender y aplicar nuevas costumbres que estén en consonancia con nuestro propósito de vida. El hecho de que hayamos sido criados de una manera no significa que no podamos cambiar.

Si logramos tomar más conciencia y desarrollar nuevas capacidades, lograremos, como dice Mateo Jaca, fundador de Mattelsa, tener una vida plena y ayudar a otros en el camino de tenerla también.