Aprender una lengua puede llegar a ser todo un reto, ya sea para empezar desde cero o porque «la base» es insuficiente. Cuando se es adulto, las dificultades son grandes, entre otras cosas, solemos tener poco tiempo para estudiar. En este mundo de prisas y de impaciencia, se necesitan soluciones que faciliten el aprendizaje de idiomas.
Así pensaron James y Alicia, un estadounidense y una de Ferrol que unieron «fuerzas» para desarrollar una herramienta que permitiera aprender español para extranjeros de forma sencilla, rápida y «bajo demanda»: Leerly.io. Junto a otros dos socios, Violeta y Ulrik, han creado un sistema educativo con el que tratan de enseñar idiomas gracias a soportes textuales, gráficos y auditivos.
«Usamos la teoría de los comprehensible inputs de Stephen Krashen: cuanto más inputs recibas, mejor comprenderás lo que tratas de aprender», dice Alicia. Así es como aprenden los bebés, explica, ya que gracias a el apoyo visual y auditivo de los textos es más sencillo entenderlos. «El aprendizaje ocurre cuando te expones al contenido comprensible, bien sea texto, audio o imagen».
Alicia es profesora de inglés desde hace varios años, en los que también ha dado clases de español para extranjeros. «Estamos notando que ahora hay mucha gente que quiere aprender y, al tratarse de una página web, se puede consumir desde cualquier parte de mundo».
Resumen
Toggle¿El método definitivo?
Como profesora, Alicia cuenta que combina varias teorías a la hora de enseñar idiomas. Sin embargo, reconoce que, en el mundo en que vivimos, en el que las prisas no nos dejan tiempo para memorizar, repetir y estudiar, «Leerly es un método muy eficaz: no hay que hacer ningún esfuerzo, puedes ir muy poco a poco y el proceso es muy natural «.
Esto ocurre porque en la web encontramos una especie de «audiolibros» o artículos que se presentan de forma textual o mediante un audio o imagen, «por lo que puedes ir leyendo y escuchando el tiempo y así entiendes lo que te dicen».
Los textos, además, son fragmentos de libros o artículos de actualidad que Alicia y Violeta, las españolas del equipo, van adaptando en función de los niveles que se ofrecen. «Muchos extranjeros se pierden leyendo prensa y escuchando radio en español, por lo que nosotros utilizamos estos mismos artículos simplificados de alguna manera para que sean más comprensibles». Así, reconoce Alicia, también huyen de los contenidos educativos al uso, de temática y vocabulario normalmente «infantiloide».
Con estos textos, preparan «una especie de audiolibros» en la que también muchas palabras se acompañan de una imagen que las explican. Así, aplican la teoría de los comprehensible insumos, ya que ofrecen tres soportes diferentes para comprender cada uno de los textos. Además, enlazan también el artículo original, casi siempre en inglés, para que se pueda leer completo si no se ha entendido bien o incluso si se busca profundizar en un tema.
«Intentamos adaptarnos también a los gustos de nuestros lectores, que ahora mismo son ya más de doscientos, y creamos contenido de temáticas variadas en diferentes niveles», explica Alicia.
El despegue del negocio
Lo que buscan es atraer a un gran número de personas, ya que de momento la web no está reportando grandes beneficios. «Es un negocio muy reciente y entendemos que hay gente que no quiere pagar un servicio sin conocerlo, por lo que acabamos de activar también una versión gratuita de prueba para que nuestros clientes potenciales puedan probar Leerly antes de hacer un pago».
Gracias a esta nueva funcionalidad, que permite disfrutar de determinado contenido de forma gratuita, Alicia reconoce que han empezado a despegar. «La herramienta que hemos creado puede ayudar a muchas personas a aprender español más fácilmente, por lo que entendemos que cuando se empiece a conocer a gustar».
De momento, cuentan con una pequeña comunidad y van creciendo poco a poco, aunque su idea es utilizar el mismo sistema para otros idiomas en un futuro no muy lejano. «Ahora sólo Violeta y yo creamos contenido, lo que lleva tiempo y esfuerzo porque tenemos que respetar las normas de copyright vez que adaptamos un mismo texto a varios niveles». En un futuro, asegura Alicia, podrán ofrecer inglés, alemán «o incluso chino mandarín, quien sabe!»
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