Pedro César Martínez Morán y José Luis Crespo Espert / La conversación

21 abril 2022 07:28

En 2020, la pandemia provocó el uso obligatorio y masivo del teletrabajo. El afán por el teletrabajo se vio favorecido por la capacidad de gestionar mejor la vida laboral y personal, además de favorecer la igualdad en las tareas del hogar. Hoy, el teletrabajo es voluntario.

La ausencia de algunos gastos, como el transporte, por el teletrabajo ayuda a reequilibrar el presupuesto familiar. Sin embargo, trabajar desde casa genera otros gastos por el mayor uso de dispositivos electrónicos o sustitutos entre sí, como el aumento del costo de la comida en el hogar. En España, la Ley 10/21 establece que la dotación económica la recibe el teletrabajador.

El teletrabajo y la crisis del petróleo

El teletrabajo y la crisis del petróleo

En un contexto de subida de precios como el actual, los trabajadores están presenciando una disminución de sus ingresos reales y las empresas ven peligrar su competitividad. Ante el embate de la inflación, gran protagonista del primer trimestre de 2022, el teletrabajo puede actuar como un aliado para paliar el aumento del coste de la vida.

El teletrabajo volvería así a las raíces y razones de su origen, tras la crisis del petróleo de 1973. Jack Nilles reflexionaba sobre cómo utilizar de forma más eficiente los recursos no renovables.

Reducir el uso diario del vehículo privado ahorraría energía y ayudaría a reducir la contaminación. Este período reveló un contexto social caracterizado por la expansión urbana descontrolada, la separación de áreas comerciales y residenciales, y la ausencia de un transporte masivo efectivo o generalizado.

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Desde entonces, tanto las estructuras sociales y de convivencia como los sistemas de movilidad de las grandes ciudades han sufrido importantes transformaciones.

Europa toma medidas

Europa toma medidas

50 años después, dos factores económicos que se retroalimentan atemorizan a Europa: la subida generalizada de precios y las dudas sobre el suministro energético por la guerra de Putin contra Ucrania.

Por eso los gobiernos de los países de la UE han comenzado a actuar. El Ejecutivo irlandés considera ajustes fiscales; Francia anuncia una reducción de los impuestos sobre los combustibles para el próximo mes de abril; Polonia reduce el IVA y ayuda a hacer frente al aumento de los precios de la electricidad. El Gobierno español también ha anunciado una serie de medidas con las que busca ayudar a familias y empresas a paliar los efectos negativos de la subida de precios.

Frugalidad y precios

Frugalidad y precios

Si España cerró 2021 con una inflación del 6,55% anual, a finales de marzo de 2022 alcanzó el 9,8%. En lo que llevamos de siglo XXI, la tendencia de los precios no ha superado el 4% anual en apenas dos años: 2002 y 2007.

Desde febrero de 2021, la tendencia alcista de los precios medios mensuales de la electricidad en el mercado mayorista español es incomparable. El precio más caro se alcanzó en marzo de 2022 con 283,30 €.

En cuanto al combustible, en marzo de 2022 la gasolina rozaba los dos euros el litro en varias provincias españolas.

Los niveles de precios de 2022 se explican por la incertidumbre y consecuente volatilidad del precio del petróleo, provocada por la invasión rusa a Ucrania. El aumento del precio de los alimentos, la energía y los combustibles es común a toda la Unión Europea.

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La subida del coste de la vida, sin precedentes para las nuevas generaciones europeas, ha generado, por un lado, preocupación y, por otro, casi la urgencia de cambiar algunos hábitos.

Puede que sea el momento de fomentar nuevas costumbres que favorezcan cambios de comportamiento en el futuro y que no impliquen prohibiciones. El teletrabajo puede conducir a mayores ahorros en costos de energía. El tiempo que no se dedica a viajar se puede utilizar para otros fines, como ejercicio, aprendizaje de idiomas o simplemente entretenimiento. En todos los casos, se traduciría en una vida más sostenible, menos agitada, con más satisfacciones y, en definitiva, con mayor bienestar.

Pedro César Martínez Morán, Director del Máster en Recursos Humanos de ICADE Business School, Universidad Pontificia Comillas y José Luis Crespo Espert, Catedrático de Economía Financiera e Investigador del Instituto de Análisis Económico y Social. Universidad de Alcalá, Universidad de Alcalá