Si los lenguajes de programación son mucho más simples que los lenguajes naturales, ¿por qué las personas hablan su lengua materna (español o chino) desde temprana edad y sin embargo aprender a programar les parece tan complejo?

La comunicación con un ordenador tiene cierto componente lógico, pero hemos comprobado que ya en Educación Primaria, a partir de los 6 años, es posible aprender y manejar un lenguaje de programación.

Se trata de programar, hablar con una computadora, aprender su lenguaje para instruirla y modificar su comportamiento. Ese idioma es mucho más simple que el idioma inglés, y desde la infancia la mente humana puede adquirir sus rudimentos para comunicarse con las máquinas.

La respuesta es «sí, mucho», y puedes hablarles en esos idiomas. Las computadoras, a diferencia de otras máquinas, tienen un propósito general. Es decir, no limpian el suelo ni mezclan la fruta, pueden realizar muchas funciones diferentes y para ello cuentan con un potente procesador y un lenguaje en el que representan esas funciones; todo lo que hacen está controlado por un programa. Y un programa no es más que una secuencia de instrucciones en un lenguaje, lo que en Informática se conoce como “lenguaje de programación”.

Además, estos lenguajes tienen una estructura muy simple. Por ejemplo, el lenguaje de programación C (uno de los más antiguos y más utilizados) consta de solo 46 reglas sintácticas, mientras que la gramática del idioma inglés, según lo estimado por David Crystal en Making Sense of Grammar, contiene unas 3.500 reglas.

Por otro lado, un lenguaje de programación es preciso: sus reglas no permiten ninguna ambigüedad en la interpretación; pero una oración en lenguaje humano puede dar lugar a diferentes interpretaciones, lo que complica su aprendizaje.

Por supuesto, también se utilizan para diferentes propósitos. Por ejemplo, no usamos C para encontrarnos a las 8 de la noche en la puerta del cine. Pero si queremos expresar cálculo matemático, un lenguaje de programación es más apropiado, ya que no permite ambigüedad en el cálculo.

Sin embargo, este lenguaje es el más adecuado para expresar cualquier idea de tipo algorítmico, y en la educación obligatoria, además de las matemáticas, se enseñan más conocimientos algorítmicos de los que aparentan.

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Por ejemplo, la física implica realizar cálculos en un orden particular. En química, toda la formulación de compuestos se basa en reglas. También se enseñan reglas en el idioma, para escribir correctamente (ortografía) o analizar una oración (sintaxis). En biología, la genética mendeliana es representable por las condiciones que ocurren en el cruce.

Es decir, buena parte de los libros pueden contener algoritmos expresados ​​en un lenguaje informático.

Por lo tanto, conocer un lenguaje de programación tiene la ventaja de poder realizar cálculos y aplicaciones en una computadora (en la web o en un celular) y además comprende gran parte de los conocimientos básicos en diferentes materias.

Enseñemos programación en escuelas y colegios

Sí, enseñemos programación en la escuela, aunque primero tenemos que resolver un problema difícil: quien enseña programación debe saber programar. Menos del 1% de la población conoce un lenguaje informático, y los que lo conocen seguro que ya tienen un buen trabajo y un buen sueldo.

Antes de integrar la programación informática en el currículo educativo, los docentes deben estar capacitados y acreditados, lo cual es complicado.

Existe una solución alternativa: si la mejor manera de aprender idiomas es hablar con hablantes nativos, nada mejor que un ordenador para enseñarnos su propio idioma.

Esta es la opción que validamos en la Universidad de Málaga y comprobamos que, con un poco de esfuerzo, los alumnos pueden aprender un lenguaje de programación sencillo y las bases del pensamiento informático ya en Educación Primaria.

El primer estudio de este tipo se realizó en 2017 y muestra que el aprendizaje de la programación puede comenzar en el primer año de la escuela primaria; y como era de esperar, no hay diferencias de género al aprender a programar). Lo que desalienta a las chicas a elegir una carrera en Ciencias de la Computación debería depender de otros factores, pero en ningún caso de sus habilidades.

Los datos hablan por sí solos: se utilizaron registros de actividad de alumnos de 6º de 68 colegios de diferentes localidades de España y en la plataforma ToolboX.Academy, que incluye un curso gratuito de programación que se puede realizar en ‘unas 10 horas, también en un ( serie infantil), con los siguientes resultados: de un total de 820 alumnos, 344 aprobaron todas las tareas de las cinco primeras unidades, es decir, un tercio de la programación propuesta por esta plataforma, incluyendo conceptos básicos de comando y loops (repetición de comando) .

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Dos tercios del curso fueron completados por 210 estudiantes, quienes comenzaron a usar variables, ingreso de datos y estructura condicional («si… entonces…»).

Finalmente, 43 alumnos lograron aprobar todo el curso, aprendiendo a formar condiciones complejas (con operadores relacionales como diferente o mayor que o igual, y lógicas como «y», «o» y «no») en ciclos indefinidos de «Mientras esto se cumple la condición, hacer…».

Lo más destacable de estos resultados es que este progreso generalmente se logra sin ayuda, es decir, los estudiantes aprenden a usar estos conceptos computacionales mirando ejemplos y mediante prueba y error. No es necesario que el profesor o el profesor a cargo del grupo los asista.

La conclusión es muy significativa: usando una herramienta web gratuita como ToolboxX.Academy, por solo 10 horas durante el 6° grado, año tras año, en seis años logramos alfabetizar al 5% de la población juvenil.

También se ha observado que cuando se anima a los estudiantes y se les da un apoyo mínimo, casi todo el grupo completa el curso de programación y, por lo tanto, siendo ambiciosos, podemos aspirar a una alfabetización informática completa.

De este trabajo de campo se puede deducir que aprender a programar es más una cuestión política que técnica o pedagógica: si la computadora sabe enseñar, los alumnos aprenden sin esfuerzo.

Los niños y niñas de hoy, los nativos digitales, no solo tienen la oportunidad de aprender a usar los teléfonos móviles y las aplicaciones, quieren saber programarlos, crearlos.

Los nuevos lenguajes y la alfabetización computacional han llegado para quedarse, serán necesarios para ser competitivos en el futuro y también, por qué no, para disfrutar del maravilloso reto lógico que nos plantean.

Francisco Vico, Alberto Zamora Jiménez, Miguel Mejía Jiménez, Raimon Segura Morera – Universidad de Málaga

Este texto es republicado por The Conversation bajo una licencia Creative Commons.